Desde que descubrí que la mejor forma de viajar, la más cómoda, la más emocionante y la más fotográfica era el tren, no he dejado de hacerlo. Cada viaje en tren me parece lleno de posibilidades, preguntas y nuevas fotografías. Me encanta mirar alrededor y ver la gente que me rodea y como cuando comienza el viaje, comienzan a soñar, ya que al mirar por la ventanilla dejan volar la imaginación, ya sea triste, feliz, con esperanza o sin ella. Nunca lo sabré porque solo ellos son los dueños de sus sueños. Aunque quizás, todo esto solo está en mi cabeza y simplemente están escuchando los 40


















